La niebla, una compañera poco agradable en la carretera.

Se trata de un fenómeno peligroso, que al entorpecer la visibilidad lleva a una conducción más dificultosa, que tiende a generar una mayor posibilidad de sufrir accidentes. Revisa las recomendaciones que tenemos para ti.

Manejar en invierno es complicado. La lluvia, las heladas y la humedad dificultan la conducción de cualquier vehículo,  pero hay un fenómeno meteorológico que es todavía más complejo: la niebla.
La niebla, en distintas densidades, implica una importante pérdida de visión para el conductor, la que puede variar entre la posibilidad de ver a 200 metros o más, pero en ocasiones a mucho menos. En estas condiciones, la posibilidad de que ocurra un accidente aumenta en forma significativa.
Frente a este escenario es muy importante preocuparse de mantener una distancia prudente con el auto que te antecede. Si viajas demasiado cerca, creyendo que eso te permitirá no perder de vista a ese vehículo te expones a una colisión en caso de que éste frene bruscamente, no alcanzando a reaccionar a tiempo. En zonas donde habitualmente hay niebla, la carretera lleva pintada líneas para que mantengas tres de separación con el auto delantero.

Cuando te enfrentas a la niebla en cualquiera de sus tipos, también es muy importante  encender las luces bajas, ya que al proyectarse hacia el suelo mejoran la visibilidad de quien conduce, pero muy especialmente permiten que el resto de los conductores pueda verte. Ojo que a diferencia de lo que puedas pensar, las luces altas  ya que puede ser contraproducente debido a que las partículas de agua suspendidas en el aire pueden encandilar a quien maneja en sentido contrario.
Otro aspecto que no debes olvidar es que la niebla moja el pavimento al igual que lo hace la lluvia, convirtiéndolo en una superficie muy resbaladiza que hace que las ruedas pierdan su adherencia. Recuerda que para lograr un mayor agarre es importante que los neumáticos estén en perfecto estado y que es importante reducir la velocidad.

Finalmente, considera que en días en que haya niebla tendrás que conducir más lentamente y, por ende, te demorarás más en llegar a tu destino. Por este motivo, planifica tus tiempos de viaje y auméntalos si es necesario, de manera que puedas conducir con calma y mayor atención.




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